En este momento estás viendo Pregunta existencial del ¿Quién soy?

Estas es una de las preguntas existenciales más importantes en la vida de las personas, que se suele confundir con los elementos que definen la identidad personal como: nombre, nacionalidad, profesión, género, etc. Pero en realidad es muy diferente a ello.

Puede que alguna vez te hayas planteado ¿Quién eres realmente? Esta simple pregunta puede llegar a cambiar tu percepción de vida.

Recuerdo que desde niña, en múltiples ocasiones aquella pregunta surgía en mí. Intentaba de cierta manera obtener respuesta y entender lo que era, más allá de la figura que podía ver en el espejo. No sé qué impulsaba a preguntarme repetidamente aquello, pero cuando me adentraba más y más en obtener respuesta, en intentar conocer esa parte de mí que no podía ver, una extraña sensación de vacío abarcaba mi pequeño cuerpo.

Lograba tratar de entender qué hacía que mi cuerpo tuviera vida, qué hacía que pudiera hablar, moverme, pensar, hasta punto de poder crear estrategias que funcionaran con mi madre para obtener los dulces o los juguetes que quería. Me parecían maravillosas todas estas capacidades. Sentía que había algo dentro mí y dentro de cada persona que lo hacía posible, y tenía la certeza de que ese algo, era más que el nombre con el cual mis padres me llamaban.

Los niños tienen una sensibilidad nata y profunda que desafortunadamente solemos perder de adultos. Pero nunca es tarde para adentrarte un poco en ti e ir descubriendo lo que realmente eres más allá de lo que la sociedad dice.

La verdad de lo que eres

Para ir acercándote gradualmente a tu verdad, sin duda primero es más fácil obtener respuesta de lo que NO eres.

  1. No eres tu profesión o trabajo: mucho se identifica con lo que se hace, con el oficio que se desempeña para ganarse la vida. Pero en realidad es solo eso, un oficio, un hacer que te permite desarrollar una parte importante de tu vida, pero no es en realidad lo que eres.
  2. No eres lo que tienes: las posesiones son solo materia, cosas y bien sabes que no eres un objeto. Identificarse con lo que se tiene, con los títulos y reconocimiento obtenidos por tus esfuerzos y tu alta capacidad, tampoco es lo que eres. Porque aquello es solo lo que has ganado, lo que has construido. Eres el arquitecto, no la obra, eres la inteligencia que lo hizo posible.
  3. No eres lo que los otros dicen: todos crecemos con un nombre, nacionalidad, cultura, religión, etc. Aquello son rasgos que hacen parte de una identidad personal, impuestos por los padres y el ambiente en el cual se creció. Son condiciones externas y etiquetas con las que se interactúa en el mundo. Pero no definen lo que eres en un nivel más profundo. Estar condicionado a lo que gente dice y cree que eres, es quitarte la oportunidad de descubrir tu verdadera naturaleza.

Teniendo en cuenta anterior, te preguntaras bueno ¿Qué me queda? Exactamente a ese punto quería llegar. Cuando quitas las capas de identificación de lo que no eres, lo que queda, es lo real y verdadero. La esencia, la sustancia de lo que habita dentro de ti. La chispa que permite el moviente de la vida, ese el potencial incalculable con el que has obtenido cada uno de tus logros.

Con el paso del tiempo y de distintas experiencias he llegado a la conclusión personal, que todos somos seres espirituales viviendo una experiencia material. Ahora entiendo, que más allá de un cuerpo o una identidad humana, existe algo invisible, que me conecta con este mundo y que aquello es la verdad de lo que soy.

El cambio de perspectiva de dejar de identificarme con lo que hago, tengo y con lo que otros dicen que soy, y pasar a comprender que somos un alma o espíritu con un cuerpo humano y no al contrario. Ha calado hondo en mí, me ha dado una visión de vida más profunda y con más sentido.

Cuando vas descubriendo tu esencia y quitando las capas externas de falsa identidad, vas acercándote a tu verdadero rostro. Este es un proceso gradual de crecimiento interior que te permitirá:

  • Alinearte con tu propósito de vida.
  • Reconocer la fuente y la divinidad que habita en ti.
  • Crear una permanente conexión interior, lo que se resume en felicidad.
  • Mejorar la relación contigo mismo y con los demás.
  • Ser consciente de tu potencial y direccionarlo.
  • Saber cómo y de qué manera puedes ayudar a los demás.

Lo que ganas cuando apuestas por descubrirte, es incalculable. Vas encontrando el sentido perdido a la vida. Vas valorando cada persona, cada aconteciendo, cada situación que se presenta en tu camino, porque te das cuenta que hace parte de tu experiencia única.

Recuerda todas las respuestas que buscas están dentro de ti. ¡Anímate a Descubrirlo!

 

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Luz, Paz y Amor.

Tatiana C.

Life & Leadership Coach

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